Cheese es un clásico que ya forma parte de la historia del cannabis y que siempre tiene mucho que decir, una genética de alta gama que siempre es garantía de calidad y de éxito. Pero ahora, además, con sus rasgos llevados a la enésima potencia, un ir y venir de potentes percepciones desconcierta gratamente a todo el que la cata. Sus excelentes cualidades a nivel global hacen de ella una delicia cannábica para expertos y principiantes.
Deep Cheese desarrolla plantas de marihuana con la apariencia de un árbol de Navidad y con una altura media, de hasta 2 metros en exterior si las condiciones son óptimas. Su estructura es más bien Sativa y gira alrededor de un impresionante cogollo central envuelto por numerosas ramificaciones que al final de la floración aparecen cubiertas por densos cogollos repletos de resina.
Deep Cheese produce cosechas más que fructíferas. En interior puede llegar a los 525 g/m2 y en exterior a los 600-800 g/planta. Nos encontramos por lo tanto con rendimientos muy satisfactorios sin necesidad de ser un experto en la materia. El momento de la recolección se convierte en una fiesta y cuando el cannabicultor visualiza el calibre de la cosecha, con cogollos duros, rebosantes de resina y con un aroma impresionante, solo puede sentir felicidad.
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